viernes, 11 de febrero de 2011

teoria de introversion- extroversion

Extraversión - Intraversión

El primero en trabajar con la dimensión de extraversión - introversión fue Carl Jung, pero ya antes de que Jung forjara estos términos, William James había llamado la atención sobre la diferencia que existía entre los individuos “de mente resistente” y los “de mente sensible”; los que miran hacia afuera y los que miran hacia adentro. (Allport 1992 ). Jung define al extrovertido como `la persona cuyo interés en general se enfoca hacia la vida social y el mundo externo y no hacia sus experiencias internas', por otro lado define al introvertido como 'una persona que en general se enfoca hacia sus pensamientos y sentimientos interiores'.
Para Jung, las características del extravertido y del introvertido son:
En el extravertido domina la realidad exterior y social. Está directamente orientado a la realidad objetiva, regido por lo práctico y necesario, se adapta facilmente a situaciones nuevas, la vida afectiva no está finamente moldeada, de débil autocrítica, acción directa, compensación real, la psiconeurosis típica es histérica.
En el introvertido es decisivo el mundo subjetivo, regido por principios absolutos, rígido e inflexible, delicadeza en los sentimientos, inclinado al análisis de sí mismo y la autocrítica, compensación en la huida y la fantasia, la psiconeurosis típica es de ansiedad u obsesiva. (Jung, 19 CP. Allport, p. 501)
Citando una ivestigación reciente (1996) de extraversión e introversión en base a Jung, realizada por Amanda Kraus, destacamos lo siguiente:
Carl Jung desarrolló dos tipos de actitudes psicológicas: la extraversión y la introversión.
Los extravertidos y los introvertidos difieren en la manera de pensar y por lo tanto aprenden de modo diferente. Los extravertidos son generalmente más sociables que los introvertidos, están más orientados hacia la acción y son más espontáneos. Los introvertidos no necesitan a los demás para estar contentos, tratan de entender las situaciones con más interés que los extravertidos y son más reflexivos. Se han desarrollado métodos de aprendizaje para educarlos mejor. A través de la lycos encontré en páginas Web sobre los tipos de actitudes y sus estilos especiales para aprender.
Como los extravertidos e introvertidos no ven el mundo de manera igual, su aprendizaje debe ser diferente. Los extravertidos aprenden mejor explicando las cosas a otros, cuando tratan de explicar a otros es que relamente aprenden las cosas. Para los extravertidos es fácil trabajar en grupo, hay dos maneras muy populares de educar a un extravertido: el método de pensar en voz alta para resolver problemas y el método de grupo nominal.
El introvertido necesita entender toda la película para comprender totalmente, considera un conocimiento verdadero si aprende la relación entre los temas que lo conforman. La información desconectada no ayuda a aprender al introvertido. Las mejores maneras de educar estudiantes introvertidos es enseñarles cómo interconectar diversas informaciones. Estos estudiantes también aprender cómo hacer flujogramas, tablas comparativas y mapas conceptuales, para poder ver “toda la película”.
En esta investigación cabe destacar el empleo de diferentes métodos de aprendizaje dada las diferencias de personalidad de los individuos, por lo cual éstas suponen distintas estrategias y predisposiciones distintas para el aprovechamiento y comprensión de lo que se pretende aprender.
Ha lugar hablar de Jung en este contexto, ya que el paso del estudio clínico de la personalidad, fundamentado más que todo en el psicoanálisis, a la fase cuantitativa y experimental está determinado por la factorización de los rasgos del individuo.
El análisis factorial, método empleado en la Teoría de los rasgos, permite aislar las variables fundamentales de la personalidad. Estas variables se les llama factores, los cuales califica Cattell como “rasgos fundamentales” que subyacen en los “rasgos superficiales”. (Cattell, 1965; cp. Cerni 1975). Este método fue desarrollado como medio apto para apreciar la exitencia de dichos factores generales y facilitar su identificación. Por esto es por lo que en la Teoría de los Rasgos, se les califica a los rasgos fundamentales como factores de la personalidad.
Cattell (1965/1975) califica la terminología extraversión - introversión como corrompida por el excesivo uso popular, y hasta llega a decir que puede significar cualquier cosa, desde la sociabilidad a la buena adapatación emcocional, según el trasfondo del que lo usa. Por tanto, Cattell va más allá de la terminología popular introversión - extraversión, describiéndola en una serie de rasgos los cuales quedan tipificados en categorías de factores.
Y en efecto, el resultado del estudio cuantitavo de la personalidad es una clasificación (tipificación de los rasgos) no de los individuos, aunque quedan clasificados indirectamente los que ostentan estos rasgos.
Es lógico que hagamos referencia a Guillford (1940) en la descripción de sus factores de introversión, como ejemplo de la tipificación de los rasgos:
S: introversión social, manifestada por timidez y tendencia a apartarse de contactos sociales
.
T: introversión de pensamiento, con inclinación a la meditación, a filosofar y a analizarse a sí mismo y a los demás.
D: depresión, incluyendo sentimientos de inferioridad y de culpabilidad.
De acuerdo con el análisis factorial, es posible hacer la medición de la extraversión e introversión, bajo la cual `existe una distribución contínua y normal que va desde el extravertido extremo al introvertido extremo' (Cattell, 1965). Sin embargo, para Cattell esta dimensión sólo quedó definida a nivel de rasgos superficiales, o mero conglomerado de atributos al que cualquiera podía añadir o sustraer alguno según su imagiancaión lo deseara (Opcit).
Los rasgos superficiales son aquellos que representan grupos de variables, manifiestas o abiertas, que al parecer operan en conjunto; y los rasgos fundamentales representan las variables subyacentes que intervienen en la determianción de múltiples manifestaciones superficiales. (Cattell, 1950 cp. Hall y Lindzey 1975 p.22) `Los rasgos fundamentales se presentan como verdaderas influencias estrcuturales, subyacentes de la personalidad… y corresponden a verdaderas influencias unitarias: factores fisiológicos y temperamentales; grados de interacción dinámica y exposición a las instituciones sociales' (Cattell, 1950 p. 27)
Los rasgos fundamentales que están determinados por los superficiales de introversión y extraversión son los siguientes:
Factor A: Ciclotimia - Esquizotimia:
El ciclotímico es un individuo que vive hacia afuera, afable, adaptable, confiado, reposado, participativo, bondadoso, preocupado por los problemas de los demás. Gusta de estar con gente; es generoso en las relaciones con otras personas. No le preocupan las críticas. Tiene facilidad para expresar sus sentimientos. Está siempre dispuesto a cooperar en todo. Tiene buena memoria para los nombre de las personas.
Por el contrario, el esquizotímico, vive hacia adentro; es frío, inflexible, alejado, crítico, duro, escéptico, receloso, solitario para la vida y el trabajo, rígido en sus tareas, meticuloso, sometido a sus propios criterios. Insoportable y obstaculizador de la convivencia y el trabajo.
Factor C: Estabilidad emocional o tendencias neuróticas:
El individuo estable por razón de sus emociones es realista, tranquilo, maduro, estable; destaca por la fuerza del ego o firmeza interior y su capacidad para establecer unos principios sólidos de comportamiento individual y social. Hay en él un potencial psicótico subyacente, pero normalmente éste se encuentra bien controlado. Este control le permite ser a veces conformista.
El neurótico, por su parte, es excitable, evasivo, mutable, inmaduro, turbable, intolerante con las frustraciones, voluble, etc. Destaca por la poca fuerza del ego, por eso se evade y evita las necesidades y los problemas de la realidad. Es displisente, insatisfecho, fatigado, propenso a las fobias, las quejas, las alteraciones del sueño, etc.
Factor E: Dominancia o sumisión:
El dominante es independiente, agresivo, obstinado, competitivo, vanidoso, impositivo, duro, seguro de sí mismo, independiente en sus ideas y opiniones, austero, autorregulador, autoritario, hostil, castigador; vigoroso, inflexible, práctico; en general destaca por el afán de rechazo por toda autoridad por encima de él.
El sumiso por el contrario, es débil, conformista, acomodaticio, humilde, condesendiente, blando, neuroasténico, iluso, no le cuesta ceder ante las pretenciones de los demás; es dócil y obsecionado por una exactitud rigurosa en sus tareas; acepta facilmente las ideas y los criterios de los demás. Esta sumisión constituye un potencial neurótico que puede aflorar en cualquier momento.
Factor F: Expansividad o reserva:
El expansivo es un individuo locuaz, tranquilo, confiado a la buena ventura, animado, feliz y contento, sociable, impulsivo, jovial, franco y activo, acalorado, entusiasta, descuidado, a veces cambiante. Es un buen ejemplo para ser líder.
El reservado o no expansivo es silencioso, sobrio, preocupado, apartado, repremido, retisente, terco, introspectivo, excesivamente cauto, presumido, escrupuloso, correcto, inspira consfianza.
Factor H: Audacia (ciclotemia audaz) o cohibición (esquizotimia de repliegue en sí mismo):
El individuo audaz destaca por sus rasgos ciclotímicos acusados; es atrevido, frívolo, espontáneo, sociable, charlatan, despreocupado por el detalle, emotivo, capaz de mucha resistencia para soportar las situaciones y el trato con la gente aún en circunstancias abrumadoras. En su vida privada y profesional, tiene mucha confianza en sí mismo, es emprendedor y está activamente interesado por el otro sexo.
El cohibido, por su parte, es prudente y escrupuloso, tímido, reprimido; tiene poca confianza en sí mismo; tiende a alejarse y retraerse de la vida social; padece deficiencia para las relaciones sociales, lento y torpe para expresar sus sentimientos, sus intereses y sus proyectos; tiene pocos amigos de verdad y prefiere abstraerse de los problemas de la sociedad en que vive.
Factor I: sensibilidad o rudeza:
El individuo sensible destaca por su dependencia de lo que acontece alrededor, sobre todo por los sentimientos de otras personas; es idealista, impresionable, soñador, artista, impaciente, teórico, narcicista; entre sus preferencias estan las que son más propias de la mujer y las que rechazan comportamientos y talantes de tosquedad y rudeza; es intolerante con los demanes y estilos de brutalidad o bastez; hipersensible: crítico, impaciente, autocomprensivo. Suele frenar la acción del grupo y turbar la moral con actividades inútiles e idealistas.
El rudo es un individuo independiente, emocionalmente inmaduro, indiferente respecto a los sentimientos de los demás, confiado en si mismo, insensible con los detalles de finura de otros; descortes, a veces grosero, bruzco, obtuso, confiado en si mismo, realista, varoníl, responsable, sínico, insensible para los valores de la cultura y del arte; tolerante, amoldable, tranquilo, afronta la realidad; tacaño, frío, reservado; práctico y realista en su vida y su profesión. Tiende a mantener el grupo trabanjando sobre unas bases prácticas realistas y acertadas.
Si bien es cierto que esta descripción de factores es sumamente amplia y podría parecer exhaustiva; sólo es posible concretar los rasgos fundamentales a través de los cuestionarios objetivos porque varían de sujeto a sujeto, algunos tendrán rasgos más marcados que otros; y hasta podría suceder existieran individuos que no acusen alguno, por lo que la correlación estadística es la que nos permitiría determinar el grado de asociación entre los mismos rasgos superficiales que denotan la existencia del rasgos fundamental.





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